
No hay nada más típico ni que atraiga más a los que se acercan a conocer la Ribera que sus cautivadoras bodegas. Espacios donde el tiempo se detiene para que el zumo de la uva madure y se convierta en uno de los mejores vinos del mundo.
Bodega es sinónimo de espera, calma, silencio y penumbra, de tradición y sabiduría que pasa de generación en generación.

“Bajé, contigo, amor, a la bodega
y me acerqué al tonel que allí dormía
por ver si era verdad que en él crecía
la flor del vino, diminuta y ciega.”
Poema de Luis López Anglada